CODEM. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid

En estos días hemos conocido la propuesta de la Federación Empresarial de la Dependencia de crear el título de técnico en Enfermería Geriátrica. Este Colegio, al igual que el resto de las instituciones que representamos a la profesión enfermera, se ve en la obligación de alertar del peligro que representa el sustituir a las enfermeras que desarrollan su labor en geriátricos y residencias. La complejidad de los cuidados enfermeros a nuestros mayores requiere un nivel de competencia profesional en cuanto a conocimientos, actitudes y habilidades específicas que justificaron la creación de esta especialidad ya en 2005, mediante el Real Decreto 450/2005, de 22 de abril, sobre especialidades de enfermería. Una especialidad que comenzó a implantarse en 2009, teniendo como marco formativo el programa de la Orden SAS/3225/2009, de 13 de noviembre. El único eslabón que queda por completar es su completa implantación y desarrollo en todos los centros hospitales y residencias públicos y privados que corresponde. Una cuestión que llevamos reclamando desde este Colegio hace mucho tiempo y en la que no vamos a cejar en el empeño por razones obvias.

Esta es la cuestión y no otra. El envejecimiento de la población española es un hecho que obliga al sistema sanitario a evolucionar hacia una asistencia social y sanitaria, en la que los cuidados son el eje fundamental de la asistencia y que, en el caso de las personas mayores, urge que sean conceptuados como ‘pacientes’ en cualquier lugar donde viva: ya sea en casa o en residencia. Este es el primer paso para planificar los recursos sanitarios de forma adecuada y no inventar nuevos títulos cuando los que se necesitan, ya existen. Solo hace falta la voluntad de las autoridades sanitarias para desarrollarlos e implantarlos.

Porque el cuidado de las personas mayores requiere establecer unos sistemas de apoyo para estas personas, sus familias y otros cuidadores informales que sirvan para mejorar su calidad de vida teniendo claro cuáles son los objetivos del paciente y de la familia por parte de los servicios sociosanitarios. Y es aquí donde la enfermera especialista en geriatría cobra todo su sentido y toda su magnitud. Sobre todo, en un momento de crisis de salud pública como el que estamos viviendo. ¿Qué habría pasado si la figura de la enfermera especialista en geriatría hubiera estado plenamente implantada en centros, hospitales y residencias públicos y privados en estos momentos?

La pandemia ha sacado del ostracismo a las enfermeras geriátricas. Ha puesto encima de la mesa la imperiosa necesidad de su plena implantación. No solo deben ejercer en los ámbitos sociosanitarios donde deben hacerlo, sino que es fundamental que estén presentes en todos aquellos órganos donde se tomen decisiones en torno a los mayores.

Porque la cuestión reside en adaptar los protocolos, las estructuras y los recursos humanos enfermeros a los niveles de dependencia, discapacidad, pluripatología y polimedicación que forman parte del día a día de miles de personas. Es necesario reconocer el valor que aportan las enfermeras geriátricas en la coordinación sociosanitaria y de los equipos. En la supervisión, la investigación y la gestión de los cuidados.

En definitiva, es cierto que hay que revisar de una vez por todas nuestro sistema de atención y cuidado sociosanitario, que lleva años acusando la falta de profesionales, y la insoportable migración continuada de los profesionales de enfermería. Simplemente, hay que tener la voluntad de hacerlo con los recursos que ya se tienen, como es el caso de las enfermeras especialistas en geriatría. Y hacerlo de la forma adecuada: equiparando sus condiciones retributivas y revisando la ratio de enfermería en los centros de mayores.

Por lo tanto, finalizado estas reflexiones haciendo un llamamiento urgente y firme a las administraciones para que adopten una actitud proactiva en el desarrollo de la profesión enfermera en general y, en el caso que nos ocupa, en la plena implantación de la enfermera especialista en geriatría por las razones sanitarias, sociales y profesionales descritas. Se trata de desarrollar plenamente lo que ya tenemos. No inventar ‘soluciones’ que representan un peligro para la salud de nuestros mayores.

Jorge Andrada

Presidente del Colegio de Enfermería de Madrid.