CODEM. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid

Conmemoramos el Día Internacional de la Mujer y desde el Colegio de Enfermería de Madrid queremos hacer un reconocimiento al valor que han desempeñado y desempeñan las mujeres al engrandecimiento de la profesión enfermera, desde el punto de vista clínico, humano, social y científico. Aunque cada vez más hombres eligen esta profesión, es cierto que sigue siendo mayoritariamente femenina. Seguramente, porque el origen de la misma ha estado siempre en los cuidados. Un rol que se ha atribuido históricamente a la mujer, de manera informal e invisible, pero que las mujeres que decidieron ser enfermeras han profesionalizado e institucionalizado, convirtiendo la ciencia de Enfermería y los cuidados en un pilar fundamental del sistema sanitario.

Mujeres como Florence Nightingale o Isabel Zendal son un referente en nuestra profesión. Su empeño por sistematizar la atención, formar a las enfermeras y generar conocimiento clínico y científico, son ejemplos del tesón con el que lucharon contra prejuicios e hicieron frente a un sinfín de dificultades, simplemente por el hecho de ser mujeres y de querer profesionalizar los cuidados por el bien de todos.

Grandes mujeres como estas marcaron el camino a seguir por enfermeras y enfermeros de hoy en la modernización y desarrollo de una labor que es la sabia del sistema sanitario. Un sistema que debe profundizar hacia un concepto sociosanitario, orientado a un paciente longevo, crónico y polimedicado que requiere de una atención donde los cuidados son el eje de la asistencia que necesita. Y, por tanto, sitúa a la enfermera en el centro del tablero sanitario.

Sin embargo, a pesar de que nuestra profesión avanza imparable y se hace cada vez más presente y más valorada en el ámbito social y sanitario, todavía queda mucho camino por recorrer en muchos campos en cuanto a reconocimiento profesional y derechos laborales, sociales y retributivos. Una realidad que se ve agravada precisamente, por el hecho de que sea una profesión mayoritariamente femenina. Un hándicap contra el que luchan las enfermeras cada día, en su empeño por demostrar que se trata de una profesión que tiene un campo competencial propio y que no debe estar supeditada a ningún otro profesional sanitario.

La crisis de Salud Pública que estamos viviendo a nivel mundial ha puesto de manifiesto la necesidad de que las enfermeras sean reconocidas en su justa medida. Sería impensable creer que una pandemia de esta magnitud se puede enfrentar sin la profesión enfermera. Sirva como muestra el papel que están desempeñando en la gestión de la vacunación masiva que se está llevando a cabo en toda España. Este es el último ejemplo, entre otros muchos, que pone de manifiesto la labor que vienen desarrollando en el campo de los cuidados, del acompañamiento, de la monitorización y seguimiento de toda la población, sea paciente o no, en centros de salud, hospitales, residencias, domicilios, empresas y en todos los ámbitos donde las personas, las familias y las comunidades necesitan cuidados.

Vivimos momentos de incertidumbre en los que estamos constatando cuán frágil puede ser nuestro mundo que creíamos a salvo de pandemias globales. La profesión enfermera está demostrando que está a la altura de las circunstancias. Una profesión que engrandecen enfermeras y enfermeros en cualquier lugar del mundo. Pero una profesión, que no se entendería sin las mujeres de las que aprendemos todos los días. ¡Felicidades a todas!