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26 abr 2023
Nuria Palmero y Nieves Molina forman parte del equipo multidisciplinar que lleva a cabo una prostatectomía radical con el famoso robot Da Vinci. Nos mostrarán cuál es su papel con esta nueva técnica, fundamental antes, durante y después de la intervención.
Nuria Palmero y Nieves Molina son enfermeras de quirófano en el Hospital Gregorio Marañón. Nos reciben en el nuevo bloque quirúrgico, recién estrenado, donde en unos minutos van a participar en la intervención de un paciente que se va a someter a una prostatectomía radical a través de cirugía robótica. O lo que es lo mismo, con el archiconocido robot Da Vinci.
El rol de estas enfermeras en la intervención sigue siendo el de la circulante y la instrumentista pero se han tenido que adaptar al trabajo con Da Vinci. Y lo han tenido que hacer formándose y actualizando conocimientos. “A mí me hizo mucha ilusión, ya llevo 34 años en los quirófanos y supone un reto de aprendizaje”, explica Nieves.
Su papel se antoja fundamental antes, durante y después de la intervención.
Antes, porque son las responsables de preparar el robot en todos los sentidos, montando su instrumental en cada uno de sus brazos y asegurándose su correcto funcionamiento. Un instrumental específico y nuevo para ellas pero que ya dominan.
“Hemos cambiado también el tiempo en el que nos lavamos, antes no nos lavábamos hasta que el paciente estaba dormido, y ahora tenemos que empezar antes porque hay que vestir al robot y si el robot no está vestido y no le tenemos en funcionamiento no podemos empezar”, cuenta Nuria.
Una vez que todo está preparado, comienza la intervención. “Ahora, yo estaré pendiente de cualquier evento que pueda ocurrir, para poder ir anticipándome a lo que necesiten los cirujanos”, dice Nieves mientras se inicia la cirugía. “Estar mirando la pantalla continuamente”, apostilla.
Y es que ese es precisamente uno de los valores que tienen las enfermeras de quirófano, tal y como apunta Nuria precisamente: “Nosotras conocemos todos los pasos de las intervenciones para tener en cuenta todos los problemas que pueden estar asociados a la cirugía y anticiparnos y no improvisar si hay cualquier accidente, y estamos constantemente cuidando al paciente porque por ejemplo el papel de la enfermera circulante no es solo de echar una sutura en el campo sino que está vigilando si hemos cambiado al paciente de postura, si se ha puesto a sangrar, si le hemos puesto el calor, y si tenemos todo lo necesario para que esté confortable; es decir, cuidados de enfermería básicos que los harías en una reanimación o en una planta, los seguimos haciendo aquí a pesar de que el paciente está tapado y que no se le ve”.
Finalmente, la intervención ha finalizado con éxito y el paciente se recuperará pronto gracias al trabajo perfecto de un equipo multidisciplinar y de unas enfermeras expertas ya en el manejo de las últimas tecnologías quirúrgicas como el robot Da Vinci.
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