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12 ene 2022
Ulpiano Tejerina es el primer enfermero que accede al puesto de Jefe de Servicio de Información Sanitaria en Instituciones Penitenciarias, desde donde reivindica el rol de la profesión en este ámbito tanto en lo puramente asistencial como en lo relativo a la gestión.
A pesar de la barrera del A1, Ulpiano Tejerina es todo un pionero para la profesión enfermera en el ámbito de la enfermería penitenciaria, donde empezó a ejercer en 2017 como Supervisor de Enfermería en el Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia). Fruto del éxito en su trabajo, ahora es parte del equipo de Servicios Centrales y recibe a Enfermeras de Madrid en su despacho. - Ulpiano, actualmente eres Jefe de Servicio de Información Sanitaria en Instituciones Penitenciarias… ¿en qué consiste tu trabajo?
El Servicio de Información Sanitaria (SIS) depende del Área de Salud Pública de la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIP). Está entre sus cometidos recabar toda la información disponible, a todos los niveles, sobre las personas que fallecen bajo custodia de la SGIP. El análisis y la clasificación de esta información es fundamental para esclarecer la incidencia de las causas principales de mortalidad de la población penitenciaria mediante diferentes medidas de frecuencia, y así poder adecuar y actualizar de forma certera las estrategias asistenciales que se llevan a cabo en los Centros Penitenciarios con el fin prevenir y disminuir el número de muertes por una determinada causa. El análisis de estos datos también nos muestra cambios en las tendencias y en las prácticas de riesgo y nos alerta sobre problemas emergentes en la población penitenciaria. Todos los datos obtenidos por este servicio se plasman en un informe anual de interés para figuras tan representativas como el Defensor del Pueblo o el propio Ministerio del Interior. No menos importante que lo anterior, el SIS también recoge, clasifica y analiza datos relacionados con las enfermedades infecciosas más prevalentes en la institución penitenciaria como el VIH, VHC, VHB con el fin de tener una imagen lo más actualizada posible de su incidencia, tratamiento, complicaciones, etc. La integración de todos los datos recabados y procesados por este servicio y las conclusiones que se puedan extraer de ellos es fundamental para la adecuación y evaluación de diversos programas asistenciales. Además de todo lo anterior, trabaja estrechamente con la Dirección de Programas de Enfermería con el fin de protocolizar y homogenizar el trabajo y el registro enfermero dentro de la institución.- Si no me equivoco… es la primera vez que un enfermero ocupa este cargo. ¿Es así?
Efectivamente. Los profesionales que anteriormente ocuparon este puesto eran médicos. A este respecto hay tener en cuenta que, para acceder a determinados puestos en la administración, es necesario ser funcionario de carrera del grupo A1. Las enfermeras a pesar de ser graduados universitarios, en muchas ocasiones con especialidad, pertenecemos al grupo A2, lo que dificulta el acceso de nuestra profesión a puestos de gestión y dirección. Esta estructura, en la Administración General del Estado, es muy difícil de cambiar. La Subdirección General de Sanidad Penitenciaria, en una clara apuesta por la integración de los profesionales de enfermería en la gestión sanitaria, está haciendo grandes esfuerzos para que los puestos de las diferentes áreas y servicios que la componen puedan ser ocupados por funcionarios del grupo A1 y A2.- ¿Qué valor crees que aportas como enfermero en un puesto de esta responsabilidad? O lo que es lo mismo: ¿Por qué es importante que una enfermera asuma este cargo?
El análisis de las causas y las circunstancias en las que se produce una muerte, así como el diseño de estrategias asistenciales para paliar la incidencia de las mismas por una determinada causa se puede hacer desde diferentes puntos de vista. La base fundacional de la profesión enfermera entiende al ser humano de forma holística incluyendo las circunstancias personales y el entorno, también pone el foco en la alteración de las necesidades que pudieran tener las personas en el momento de su muerte. A este respecto la enfermera aporta una visión global, integral e integradora de todos los factores que pueden haber influido en tan fatal desenlace. Las enfermeras somos agentes de cambio hacia una sanidad más centrada en las personas y más humana a través de la prevención y del fomento de la autonomía. Además, la inclusión de profesionales de enfermería en los equipos de gestión y dirección fomenta que nuestra profesión, la más numerosa del sistema sanitario penitenciario, tenga voz y aporte su visión en la planificación y organización y planificación de las estrategias asistenciales. Esta filosofía profesional no solo se aplica al ámbito administrativo o al análisis de los datos, sino que la integración de las enfermeras en los equipos directivos y de gestión propicia que las dinámicas de trabajo más enriquecedoras a nivel profesional y personal. Somos las trabajadoras que mejor conocen las funciones y lo que pueden aportar los otros miembros de los equipos sanitarios, a pesar de que muchos profesionales y la sociedad no conozca lo que puede aportar una enfermera. - ¿Cómo accediste al puesto?
En marzo de 2017 accedí al puesto de Supervisor de Enfermería en el Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia). Desde el primer momento tuve claro que para actualizar, reformar y elevar las competencias de Enfermería debía colaborar de forma estrecha con la Dirección del Centro y con la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria en concreto con la Directora de Programas de Enfermería y con el Jefe de Servicio de Drogodependencias. Juntos pudimos diseñar y poner en marcha estrategias que dieron muy buenos resultados. Fruto de este trabajo se decidió que me integrara en el equipo de Servicios Centrales.- ¿Qué labor desarrollabas antes de acceder a este puesto?
Desempeñaba mi labor como Supervisor de Enfermería del Centro Penitenciario de Dueñas – La Moraleja (Palencia). Fue mi primer contacto con la gestión y la dirección de equipos y me propuse hacerlo bien y ayudar a mis compañeras a que se sintieran más enfermeras. Entre las funciones que tenía encomendadas eran la coordinación con la dirección del centro en todo lo referente al servicio sanitario y la gestión y planificación del trabajo del personal de enfermería. Es una tarea compleja que requiere de la coordinación activa y continua con todos los estamentos de la Prisión. Aunque, en el momento actual no es necesario tener formación específica, pienso que es muy necesario. Cursé un Experto Universitario en Dirección y Gestión de Servicios Sanitarios que me ayudó mucho a desempeñar todas las funciones concernientes a este puesto. En el organigrama del equipo directivo de los centros penitenciarios se contempla la figura del Subdirector Médico, puesto al que solo puede acceder un facultativo de instituciones penitenciarias. Muchas de las funciones encomendadas a esta figura las están realizando enfermeras supervisoras de enfermería con gran pericia, buenos resultados e índices de satisfacción elevados tanto por parte de todos los profesionales sanitarios como de los miembros del equipo directivo pero debido a la estructura de la AGE aún no pueden acceder al puesto de una Subdirección, es una reforma pendiente de acometer.- ¿Cómo surge entrar en Instituciones Penitenciarias? ¿Por qué decidiste hacerlo?
Cuando acabé la carrera de Enfermería hice la Especialidad de Salud Mental, ahí es donde tuve un primer contacto con gente vulnerable un con problemas que trascendían lo biológico y que iban más allá de la propia persona y de su entorno más íntimo al tener un importante condicionante social. Trabajé en una unidad de patología dual e hice intervenciones asistenciales en grupos de drogodependientes en la antigua prisión de Figueres (Girona), fue en este periodo donde me di cuenta que me resultaba muy gratificante asistir y trabajar con personas vulnerables, que en la mayoría de los casos llevan a sus espaldas un gran estigma social, y a los que la enfermería tenía mucho que aportar. Hace 11 años que entre a formar parte del Cuerpo de Enfermeros de IIPP y posteriormente para ampliar mis conocimientos hice la carrera de Psicología. - La Enfermería penitenciaria es una gran desconocida para la mayoría de los profesionales. ¿Por qué crees que es así? ¿Falta de información o publicidad tal vez a los estudiantes para que la tengan en cuenta como opción laboral?
En mi opinión no es desconocida para los profesionales sino que, igual que la población a la que asistimos, el trabajo sanitario en un centro penitenciario goza de un fuerte estigma relacionado con la precariedad, la peligrosidad, el riesgo y la maldad algo que dista bastante de la realidad que viven y de lo que perciben los profesionales de enfermería en su labor diaria en las prisiones. Actualmente, profesionales de Enfermería que realizan su formación de EIR rotan en nuestros centros penitenciarios cuando lo solicitan a través de sus rotaciones libres. Esta vía propicia la información del trabajo de los profesionales de Enfermería en Instituciones Penitenciarias y debería incrementarse y difundirse en mayor medida. Esta falta de información y publicidad de la sanidad penitenciaria se podría solventar con la integración de estudiantes y de residentes de enfermería, de forma fija y permanente, en los servicios. El ámbito competencial de la Enfermería de prisiones es tan amplio que la rotación por los servicios sanitarios de una prisión podría ser muy enriquecedor para futuros profesionales y especialistas. Otra medida sería incentivar el contacto de los servicios sanitarios penitenciarios con las direcciones de atención comunitaria de las provincias donde se encuentran los centros. Estas iniciativas se están llevando a cabo en muchos centros pero no es algo generalizado.- ¿Podemos saber cuántas enfermeras hay ejerciendo ahora mismo la profesión en Instituciones Penitenciarias?
Alrededor de 550 efectivos. A este respecto, hay que tener en cuenta que la población penitenciaria concentra muchos factores de riesgo en relación a la población general. La atención a pacientes pluripatológicos complejos, drogodependientes, patología dual, infecciosos, etc. es una constante en el trabajo sanitario diario de la institución. La mayoría de los pacientes a los que se presta servicio tienen un problema potencial o real de salud, además en muchos centros la asistencia sanitaria se presta 24/7 con modalidades de guardias de presencia física, mixtas o localizadas.- ¿Cuáles son las competencias de las enfermeras en este ámbito?
La Institución Penitenciaria tiene la encomienda constitucional de la reeducación y reinserción de las personas condenadas a penas privativas de libertad. En relación a esto, esta administración actúa como garante de todos los derechos excepto los limitados por el fallo condenatorio. La protección de la salud, a través de medidas preventivas, prestaciones y servicios necesarios, se consagra como principio rector de la política sanitara de la Institución.
La labor que desempeñamos las enfermeras en los centros penitenciarios requiere de gran pericia en disciplinas sanitarias muy dispares. Nuestra labor se puede encuadrar, de forma general, dentro de la atención primaria de salud. La Enfermera de IIPP debe asistir a la cronicidad y a la discapacidad, incluyendo enfermos crónicos pluripatológicos complejos, al sufrimiento, trastorno y patología mental, así como a la patología dual; debe de atender a la demanda de atención por patología aguda no demorable, a la urgencia y a la emergencia, específicamente dentro de éstas prestará cuidados a los/as internos/as empleados por la institución (cocina, talleres productivos, mantenimiento, etc.) que sufran un accidente laboral, la atención en muchos Centros es 24/7, y en ocasiones una enfermera sola presta el servicio de guardia, por ello las competencias y la pericia en este campo son muy importantes; atiende en materia de drogodependencias a través de diferentes programas y estrategias; lleva a cabo los programas preventivos de salud pública incluyendo aspectos relacionados con la higiene del centro, la turberculosis, las ITS y los programas de vacunación entre otros; asiste a pacientes terminales o que precisen cuidados paliativos; debe prestar atención a cualquier patología emergente y ser enlace y partícipe del seguimiento de los pacientes que requieren de un tratamiento especializado. Muy relacionado con todo lo anterior y volviendo al enfoque integral e integrador del ser humano, que tiene nuestra profesión, todas las estrategias de cuidados deberán tener en cuenta los valores, creencias y cultura de la población reclusa, prestar atención a la interculturalidad y diversidad de nuestros pacientes es fundamental para que las intervenciones en salud sean eficaces y certeras. Así mismo también deberá conocer y prestar atención a fenómenos propios del entorno penitenciario que se producen en la mayoría de las personas privadas de libertad como son la prisionización y la subcultura carcelaria. En un entorno como este con características tan particulares la Educación para la Salud, el acompañamiento o la escucha activa son herramientas fundamentales; el fin último de las intervenciones en salud serán la prevención y el autocuidado a través de la promoción de aprendizajes significativos para que las personas, en la medida de sus posibilidades, realicen cambios hacia hábitos de vida más saludables.
La formación de una Enfermera en el ámbito penitenciario es muy global pero a la vez muy específica en cada una de las áreas mencionadas, debe ser un profesional autónomo, resolutivo y con gran capacidad de adaptación. Ante un ámbito competencial tan amplio, la Subdirección General de Sanidad Penitenciara está trabajando para homogeneizar criterios y actuaciones con el fin de aumentar la seguridad y unificar la práctica asistencial de todas los profesionales enfermeros. - ¿Por qué es importante el papel de las enfermeras en Instituciones Penitenciarias?
La población penitenciara está formada por personas que por diferentes circunstancias ha sido necesario separarlas de la sociedad para que inicien un proceso de reeducación y resocialización. Esto lleva parejo una pérdida del rol y de las costumbres propias, debido a la inmersión en la subcultura carcelaria y al fenómeno de la prisionización. La sanidad penitenciara debe analizar los factores de riesgo de estas personas para poner en marcha las actividades preventivas oportunas antes de que se produzca algún tipo de alteración. Igualmente, si estamos hablando de reeducación y de resocialización, debe pretender la adquisición de hábitos de vida más saludables, mediante la adquisición de aprendizajes significativos, en las personas que tienen algún problema de salud o tienen alteradas sus necesidades. Forma parte del ADN de la Enfermería y en concreto de la Enfermería comunitaria la prevención, la Educación para la Salud y el fomento del autocuidado, por ello las enfermeras son el profesional indicado para liderar, planificar y poner en marcha estrategias globales de salud en relación con los cuidados. - ¿Crees que el resto de la profesión (y también de la sociedad) tiene prejuicios sobre ejercer en el ámbito penitenciario? (Creen que es peligroso, por ejemplo) ¿Por qué crees que es así? ¿Qué te dicen otros compañeros cuando les dices que trabajas en el ámbito de prisiones?
No existe un prejuicio en relación a dónde ejercer sino que existe un prejuicio en relación al medio y a la población penitenciaria ligado a la peligrosidad, a la precariedad y al riesgo, y eso se extrapola al ejercicio de cualquier trabajo que tenga que ver con estas personas. Esto no es exclusivo del ámbito penitenciario sino que se podría extender a otras áreas como la salud mental, las drogodependencias o las ETS, lo que también suma a la hora de tener una imagen negativa del “preso” ya que en la población penitenciaria son muy prevalentes estos problemas. Como en muchos otros aspectos solo somos capaces de ver la etiqueta no lo que hay detrás de ella, lo que nosotros podemos hacer por esas personas y lo que esas personas nos pueden aportar.- A tu juicio, ¿cuál es la situación actual de la profesión en el ámbito penitenciario si se compara con el ámbito más común (hospitales, centros de salud, etc.)? Fortalezas y aspectos a mejorar.
Vivimos un momento de profundos y atropellados cambios en la sanidad sobre todo en el ámbito comunitario y sociosanitario. La Enfermería tiene que sensibilizarse y ser consciente de lo que es capaz de hacer y de aportar a la sociedad para que la sociedad sea consciente de lo realmente es una enfermera. Somos una disciplina “joven” que en pocos años ha sufrido muchas actualizaciones académicas y competenciales que no han tenido correlación con los puestos en la gestión o en la escala dentro de la función pública. Las necesidades de la población penitenciaria han cambiado y con ello las prestaciones y los recursos que como en el exterior cada vez están más mermados. A pesar de ello los profesionales de enfermería de prisiones hacen un esfuerzo ímprobo por atender con excelencia a la población que tienen a su cargo. Las Enfermeras de prisiones son profesionales con una gran preparación académica en categorías asistenciales muy dispares, con gran capacidad de resolución, adaptación, responsabilidad, compromiso profesional y resiliencia como ha quedado patente, en especial, durante la pandemia. En contraposición a esto somos profesionales que, actualmente en la mayoría de los casos, no tienen la relevancia y total autonomía para el desempeño elevado de sus funciones lo que, con una justa actualización de su status funcionarial y de la actualización de la inversión en este colectivo en relación con la asistencia que deben prestar revertiría en mayor satisfacción y realización profesional.
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