CODEM. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid

Mª Teresa Villar, matrona del Hospital Universitario de Getafe y vicepresidenta de la Asociación Madrileña de Matronas (AMM), cuenta cómo es en la actualidad el trabajo de las matronas y cómo se ha adaptado a las circunstancias derivadas de la pandemia por COVID-19.

Si bien la labor de la matrona “no ha cambiado en esencia”, sí se ha tenido que adaptar a diferentes medidas para preservar la seguridad de las mujeres, de los recién nacidos y de los profesionales sanitarios. “Esto ha complicado la situación, ha alargado los tiempos de los cuidados, se ha visto afectado el vínculo entre la mujer y la matrona debido al uso de mascarilla en todo momento, y ha aumentado la carga psicoemocional de madres y de profesionales. La falta de acompañamiento familiar ha sido también difícil de asumir por las mujeres, lo que ha llevado a los profesionales a desarrollar estrategias para compensar esa carencia”, asegura Villar.

La actividad en las consultas de Atención Primaria, no obstante, sí que ha sufrido modificaciones sustanciales, según ha explicado la vicepresidenta de la AMM. “Cuando se declaró la pandemia, todo lo que pudiera ser aplazable se pospuso: las valoraciones de suelo pélvico, las consultas de menopausia, el cribado de cáncer de cérvix, etc. Además, se suspendieron los grupos de educación para la salud, que poco a poco se están retomando por vía telemática. Sin embargo, todavía no se ha reiniciado la actividad para algunos grupos, como es el caso de los talleres de suelo pélvico o menopausia, que siguen suspendidos porque se ha priorizado la atención al embarazo y puerperio, dejando un poco de lado otros momentos vitales también para las mujeres, que no obstante, necesitan también atención”, reivindica esta matrona.

Para la vicepresidenta de la AMM, la actividad en los centros de salud está sujeta a demasiada variabilidad. “Existen líneas, pautas o recomendaciones por parte de la Consejería de Sanidad, pero se echan en falta protocolos o procedimientos comunes desde las Direcciones Asistenciales, que eviten dejar a criterio de los profesionales la realización de determinadas actividades. Lo que está pasando es que estas líneas generales o recomendaciones se están cumpliendo de manera diferente, dando lugar a desigualdades en la atención que reciben las mujeres de la Comunidad de Madrid”, denuncia.

Todas las medidas ‘anticovid’ sin duda están teniendo un gran impacto en la atención de Enfermería que reciben las mujeres. “En las consultas de Atención Primaria, donde la atención a la mujer es continuada durante todo el embarazo y posparto, la creación del vínculo de confianza e intimidad entre el profesional y la mujer sí puede haberse visto afectada en algunos casos, ya que se han distanciado las visitas presenciales, y por otro lado la mujer evita acudir al centro por miedo al contagio, para consultas que antes sí se producían. Otro problema es que se ha perdido el contacto con la pareja de la mujer. Ahora no se permiten acompañantes y las mujeres deben acudir solas a la consulta por motivos de seguridad. Esto nos dificulta la obtención de información muy valiosa acerca de las redes de apoyo familiar de la mujer, por ejemplo”, detalla Mª Teresa Villar.

En el mismo sentido, esta matrona ha constatado que muchas gestantes durante los últimos meses han acudido al hospital con sensación de soledad. “Las preocupaciones propias del embarazo se han visto aumentadas y potenciadas por la situación de pandemia. También el confinamiento, la priorización de la atención telefónica a la presencial y la imposibilidad de compartir sus vivencias con familiares y amistades debido al aislamiento, han hecho sentirse a las mujeres más vulnerables”, asegura la profesional.

Por ello, Mª Teresa Villar ha querido destacar el papel que han desempeñado las matronas en la lucha para velar por el respeto de los derechos de las madres y recién nacidos, siempre atendiendo a la evidencia científica. “El colectivo de matronas ha reaccionado muy rápido, tanto en la detección de posibles problemas con la aplicación de protocolos muy restrictivos en los hospitales, como en la puesta en marcha de mecanismos para no perder el contacto con las mujeres, a pesar de las restricciones de visitas presenciales. Las matronas han puesto en funcionamiento plataformas virtuales para las clases preparto, direcciones de correo electrónico para contactar directamente con la matrona y se han intensificado las llamadas telefónicas, tanto durante el embarazo como en el posparto, con la finalidad de que las mujeres no se sintieran solas o desatendidas. Las iniciativas particulares empezaron a funcionar antes de que se facilitaran en los centros la tecnología necesaria para hacerlo. Nuestro colectivo debe estar orgulloso del trabajo que se ha hecho desde las asociaciones de matronas, reivindicando la no vulneración de los derechos sin evidencia científica”, subraya.

La labor de la AMM

Desde que empezó la pandemia de coronavirus, la Asociación Madrileña de Matronas ha trabajado en la recopilación de información, ha contrastado datos y consensuado protocolos en la Comunidad de Madrid. Asimismo ha trasladado información a la Consejería de Sanidad sobre la situación de las matronas y ha realizado aportaciones para la organización de la escalada y la desescalada en Sanidad.

“También hemos tratado de mantener informadas a las profesionales de la situación durante la pandemia recogiendo y difundiendo los documentos de organismos oficiales, asociaciones científicas, OMS…, relacionadas con la actividad de la matrona; se ha elaborado un mapa de la situación de los hospitales de la red pública en la Comunidad de Madrid en cuanto a la actuación durante el parto, acompañamiento, separación del binomio madre-recién nacido y recomendaciones sobre lactancia materna, que hemos distribuido para profesionales y población. Esto ha permitido a las mujeres decidir dónde acudir para dar a luz y a las Direcciones de los hospitales tener conocimiento de los protocolos de otros centros”, cuenta la vicepresidenta.

Gran carga asistencial

Las medidas COVID que se están llevando a cabo en los centros sanitarios para preservar la seguridad de usuarios y profesionales ha conllevado también que aumente la carga asistencial. “Hay que ser metódica y sistemática para no cometer errores de seguridad. En los hospitales el uso de los equipos de protección ha de hacerse correctamente y esto lleva su tiempo. En Atención Primaria, se lleva a cabo la desinfección de superficies de contacto y material utilizado, así como la ventilación de la consulta tras cada visita presencial, acciones que lleva a cabo la matrona. Por otro lado, las agendas ahora no pueden sobrecargarse, como antes, para evitar aglomeraciones en las salas de espera”, aclara la vicepresidenta de la Asociación Madrileña de Matronas.

A las escrupulosas medidas de seguridad también hay que sumar las bajas laborales de algunos profesionales. "No se pueden cubrir por falta de efectivos, por lo que el trabajo se reparte entonces entre el resto de matronas del centro, si las hubiera, o del área”, asegura. Una presión asistencial que Mª Teresa Villar piensa que se aguanta "pero no ilimitadamente” y muestra su preocupación por “ese desgaste, cansancio y falta de confianza en quienes toman las decisiones”.

A pesar de todas las dificultades, Villar se queda con lo positivo de toda esta experiencia, destacando lo que muchas compañeras han subrayado a lo largo de los últimos meses: el trabajo en equipo de todos los sanitarios. “En particular quiero hacer mención a las matronas de Atención Primaria que, a pesar de no pertenecer a ese equipo, han demostrado con creces que se comportan como si lo fueran; también a las matronas de hospitalización que han pasado en muchos casos a desempeñar competencias distintas a las suyas y, por último, a las residentes que han interrumpido su residencia para trabajar en la contención de la pandemia”, reconoce la vicepresidenta de la AMM.

Por último, Mª Teresa Villar hace hincapié en que las matronas llevan mucho tiempo accediendo a sus puestos de trabajo sin una organización oficial que garantice el acceso ecuánime al empleo. “Esto está pendiente de solucionar. Se llama Bolsa Única de empleo para las especialistas de Obstetricia y Ginecología, y también contribuye a mejorar la organización en los momentos de crisis sanitaria”. Una reivindicación que comparte el Colegio de Enfermería de Madrid y que ha realizado repetidamente. En este sentido, el pasado mes de mayo la institución exigía en una carta dirigida a la Dirección General de Recursos Humanos y Relaciones Laborales del SERMAS una “regularización ordenada” de las contrataciones.