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13 jul 2023
Nuria Mira, enfermera, es la presidenta del Comité de Humanización del Hospital Universitario Gregorio Marañón desde 2019 y reivindica el protagonismo de la profesión en el ámbito de la humanización que forma parte ya de la narrativa sanitaria.
La enfermera Nuria Mira es todo un referente para la profesión y, sobre todo, para el ámbito de la gestión. Actualmente ejerce de supervisora de Área de Enfermería Materno Infantil en el Hospital Universitario Gregorio Marañón. Es especialista en Pediatría y cuenta con una amplia experiencia ya que ha trabajado en diferentes áreas como coronarias, trasplantes, Primaria, Neonatología, Oncología Médica de adultos, Psiquiatría, Paliativos y Farmacia.
Desde 2019, además, es la presidenta del Comité de Humanización del centro y atiende a Enfermeras de Madrid para visibilizar el papel de las enfermeras en este campo.
¿Cómo surge la opción de ocupar el cargo de presidenta del Comité de Humanización?
Esta responsabilidad la acepto tras jubilarse la anterior presidenta (Mª Luisa González, subdirectora médica), con la que compartí como secretaria los inicios de la creación y puesta en marcha de este comité. De su mano di los primeros pasos en este mundo de la Humanización, me formé, aprendí y crecí a su lado. Posteriormente fui elegida ese año, por votación unánime de todos los miembros del comité, presidenta.
¿Por qué una enfermera en ese cargo? ¿Qué aporta una enfermera que puedan no aportar otros profesionales si hablamos de humanizar?
¿Y por qué no? Las enfermeras aportamos la visión del paciente y de la familia porque es con quien más nos relacionamos. Nadie mejor que una enfermera puede entender las necesidades y demandas de un paciente. Velamos por el cuidado integral de las personas y de su entorno las 24 horas del día, los 365 días del año.
Acompañamos a las personas en cualquier momento de su vida y, sin duda, somos las que más conocemos del día a día de los pacientes y de sus familias. Tenemos la gran suerte de compartir con ellas los momentos más íntimos de sus vidas, confían en nosotras y es por ello que podemos entender más sus necesidades: físicas, emocionales, espirituales... ¡de cualquier tipo! Somos sus confidentes, sus cómplices... Las enfermeras por definición somos empáticas y resilientes, y estas cualidades nos hacen más accesibles, cercanas, y humanas.
¿Cómo es tu día a día al frente de este Comité? ¿Qué responsabilidades asumes? O lo que es lo mismo: ¿cuál es tu misión?
Tan sólo soy la cabeza visible de más de 60 profesionales, sanitarios y no sanitarios, que conformamos este Comité. Nuestra misión es extender la cultura de humanización del proceso asistencial a todos los profesionales de nuestro hospital y garantizar que el Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria de nuestra Comunidad, en todos sus ejes, se desarrolla y se materializa mediante diferentes programas, protocolos y actuaciones concretas, que tienen que ver con pacientes, familias, espacios y profesionales.
De manera más concreta, dirijo las reuniones de este Comité, coordino actuaciones y proyectos de humanización dentro del hospital, en diferentes servicios y unidades, me responsabilizo de valorar la implantación de nuevos proyectos, su viabilidad, y además soy el nexo de unión entre nosotros como hospital y la Dirección General de Humanización de la Consejería de Madrid, participando en las reuniones y en sus foros. ¿Qué acciones o estrategias tenéis en este momento en marcha desde el Comité? ¿Y para el futuro? ¿Puedes adelantarnos algo?
Hoy día contamos con programas muy consolidados en áreas como Pediatría, Maternidad, Oncología y Psiquiatría. Los programas de acompañamiento y entretenimiento enmarcados en el Plan de Voluntariado están totalmente integrados en la atención diaria y celebramos días internacionales como el Día del Libro, Día del Niño Hospitalizado o de la Persona Mayor, involucrando en éstas a todos los profesionales, pacientes y familiares.
Nuestras estrategias de futuro próximo abarcan diferentes áreas como la remodelación de espacios, haciéndolos más confortables y personalizados para los pacientes, la formación de profesionales en temas relacionados con la humanización y el liderazgo humanizado, y además, estamos concentrando esfuerzos para mejorar la experiencia y atención a nuestros mayores.
Nuestro mayor reto hoy es desarrollar y poner en marcha programas encaminados a cuidar al que cuida: a profesionales y familiares. Estamos en ello.
Desde hace ya mucho tiempo, el término ‘humanización’ y sus derivados son parte del acervo sanitario. ¿En qué punto estamos? ¿Crees que está infravalorado? ¿A qué retos nos enfrentamos si hablamos de humanización?
Personalmente creo que es importante que se hable de ello y forme parte de la narrativa, para que se tenga en cuenta y se le dé el valor que precisa. Desde hace décadas nos hemos centrado en tecnificar, resolver en tiempo, gestionar rápido.... y en esa vorágine de prisas, olvidamos a la persona y la filosofía del cuidado, de acompañar, de estar... en profesiones ligadas a esta esencia. Nos puede parecer mentira, pero algunos nunca la han perdido.
Otros no la han conocido, también es verdad. No está de más formar a los profesionales que cuidan de personas en habilidades que mejoren las relaciones, es necesario. Es necesario hablar de ello para ser conscientes de donde y como estamos, porque solo así podremos aprender e ir hacia adelante.
Como ejemplo, en nuestra organización, desde hace años, pactamos con nuestra Gerencia objetivos de humanización por servicios, esto hace tomar conciencia de que hay que analizar, mejorar y cambiar. Es importante.
Bajo mi perspectiva el mayor reto al que nos enfrentamos cuando hablamos de humanización es el liderazgo, la formación y el cuidar a los profesionales.
Y si hablamos del paciente… ¿qué percibes que está demandando en términos de humanización?
El paciente demanda buen trato y que se le tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones. Los pacientes quieren participar en el proceso y hacernos llegar sus necesidades. Quieren que los escuchemos y tengamos en cuenta y, para nosotros, aportan valor a nuestras organizaciones.
¿Y los profesionales sanitarios? Imagino que será complicado también en muchos casos que cambien sus rutinas y sus hábitos para hacer que su asistencia sanitaria esté más humanizada. ¿Cómo lo conseguís?
Lo conseguimos invirtiendo en formación, creando foros de debate para compartir experiencias y copiarlas, desarrollándolas en otros entornos. Sin duda el ejemplo es lo que más cala. Hay un efecto contagio. Me gustaría no pasar por alto el ejemplo de la pandemia. A pesar del aumento de trabajo, de la incertidumbre que vivimos... ante la adversidad, nos crecimos, nos hicimos indispensables y permanecimos junto a las personas que nos necesitaban, dándoles la mano, sonriéndoles con los ojos... ¿hay algo más humano?
Son muchas las acciones que han surgido en vuestro centro como la del paciente de paliativos que consigue su sueño de ‘convertirse’ en piloto por un día o el paseo nocturno en autobús para niños en Navidad (por poner dos ejemplos). ¿Con cuál de todas te quedas?
Me quedo con todas ellas. Detrás de cada una hay un sueño por realizar y está la ilusión, el esfuerzo y el trabajo de muchas personas implicadas para hacerlo posible.
Hemos hecho realidad el sueño de una niña de ser princesa, hemos hecho posible que pacientes conozcan a sus ídolos o personajes favoritos, hemos llevado a pacientes de vacaciones para descanso familiar... Todos los días hacemos pequeñas acciones, como reagrupar en la misma habitación del hospital parejas de personas mayores enfermas, hermanos que ingresan por diferentes procesos, reagrupando familias, e intentando facilitar la conciliación. Parece sencillo, pero en una organización como la nuestra implica a diferentes servicios asistenciales y no asistenciales.
¿Qué es lo más satisfactorio de todo esto para ti como persona y enfermera?
Para mí, como persona y enfermera, lo más satisfactorio es ver como las personas están comenzando a tener co-responsabilidad y voz en el proceso de su atención, cada día son más activos en la toma de decisiones. Somos capaces de hablar de decisiones compartidas, de dar voz a los pacientes e incluir sus experiencias en la gestión de los procesos o en la creación de nuevas unidades. Sin duda, profesionales y pacientes estamos aprendiendo y creciendo. Hemos visto también que estás muy activa en redes con todo lo que tiene que ver con él ámbito de la gestión. ¿Qué crees que hace falta para que las enfermeras se involucren más en este campo y, sobre todo, que ocupen más puestos de gestión? Tal vez esto último nos es tanto su responsabilidad y sí de la Administración, ¿qué opinas tú?
Creo que las enfermeras estamos sobradamente preparadas para afrontar con gran éxito retos en gestión, pero veo dos dificultades, una de autoconvencimiento de la profesión enfermera, no nos lo creemos (algunas); y otra la de una Administración rancia y anticuada. Las enfermeras debemos tener más presencia en política, y debemos estar presentes en los foros y espacios donde se toman decisiones importantes y que tienen que ver con la salud de la ciudadanía. ¿Qué consejos le darías a una enfermera cuya aspiración es la de dedicarse a la gestión?
No me gusta dar consejos porque en este mundo no existen los atajos. Hay cuestiones técnicas y de formación que, con ganas y tiempo, se aprenden. La formación es muy importante, se adquieren competencias. Pero, bajo mi criterio, hay matices más importantes: la escucha, debatir, estar, compartir, interesarte por el otro y, muy importante, ser honesto. Te debe ilusionar lo que haces, necesitamos lideres con pasión.
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