CODEM. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid

Hablamos con Pablo Del Pozo solo pocos días antes de hacer la maleta rumbo a Estados Unidos, a hacer una estancia de investigación al Massachusetts General Hospital (vinculado con la universidad de Harvard, en Boston) donde completará su formación. Su trayectoria, con solo 29 años, es brillante; y se ha convertido ya en una referencia en Salud Mental y en el abordaje del suicidio.

Actualmente, Pablo se encuentra realizando la especialidad de Salud Mental en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz pero anteriormente ejerció la profesión en diferentes servicios de Psiquiatría tanto en La Rioja como en País Vasco; y antes de sacar la plaza como enfermero interno residente vía EIR, estuvo de profesor docente e investigador (PDI) en la Universidad de La Rioja.

Enfermeras de Madrid habla con él largo y tendido, y hace un análisis pormenorizado de la situación actual de nuestra profesión, así como de sus retos de futuro.


Eres enfermero especialista en Salud Mental… ¿cómo surge la idea de especializarte y por qué elegiste Salud Mental?

Bueno será oficialmente en septiembre de 2022 cuando termine la residencia de Salud Mental y sea oficialmente especialista. Mi interés por la salud mental viene de mis primeras prácticas en el grado de enfermería que las realicé en el servicio de Psiquiatría en el Hospital General de La Rioja. Fue mi primer contacto con una persona con un trastorno mental y me pareció muy interesante el abordaje y la importancia de la figura de enfermería para cuidar a esas personas, aquí tengo que agradecer a todo el equipo del hospital y al supervisor, el Dr. Iván Santolalla Arnedo quien me inculcó esos valores y cuya trayectoria como especialista en salud mental quise seguir. Al acabar mis primeras prácticas solo quería trabajar en salud mental y recuerdo que los compañeros me decían que aún tenía que pasar por muchos servicios más durante la carrera, pero yo seguí con ese objetivo y a día de hoy, 11 años más tarde, sigo pensando lo mismo y estoy orgulloso de seguir este camino que de momento cada día me fascina más.

Terminé el Grado de Enfermería presentando mi Trabajo Final de Grado sobre ‘psicoeducación a familiares de pacientes con trastorno de la conducta alimentaria’ con matrícula de honor y tuve curiosidad por aprender a investigar, así que realicé el Máster Universitario en Investigación en Ciencias de Enfermería por la Universidad de Alicante. Posteriormente y a día de hoy soy investigador predoctoral en la Universidad Autónoma de Madrid realizando el Doctorado en Psicología y además soy miembro del grupo de Investigación en Sostenibilidad del Sistema Sanitario (GISSOS) perteneciente al Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) donde publicamos artículos a nivel nacional e internacional en revistas con factor de impacto y en la línea de salud mental así como socio de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME). Por lo que uno nunca deja de aprender ni de ampliar conocimiento.

Hablemos precisamente de las especialidades. La profesión enfermera parece unánime en su exigencia: es necesario el pleno desarrollo de las especialidades para garantizar la calidad de los cuidados. Pero, aun así, parece que queda mucho camino por recorrer. ¿Por qué crees que es así? ¿Qué hace falta para completar ese pleno desarrollo del que hablamos?

Efectivamente aún tenemos camino por recorrer, pero se está avanzando en ello. La formación de los profesionales de Enfermería es fundamental para estar al día con los nuevos conocimientos y avances y que la experiencia personal y profesional contribuya a completar esta educación, permitiendo acceder a alguna de las especialidades que cada vez va cobrando importancia.

No es de extrañar que en unos años sea requisito indispensable el ser especialista para poder trabajar en diferentes servicios, y creo que es necesaria dicha especialización puesto que cuando adquirimos nuevos conocimientos y los llevamos a la práctica, desarrollamos un alto desempeño profesional, que nos asegura muchas oportunidades.

Estamos viendo que cada vez son más las comunidades autónomas que están abriendo bolsas de trabajo para las distintas especialidades de Enfermería. No todas las comunidades autónomas lo están haciendo así, pero sí es cierto que progresivamente se va incrementando el porcentaje de puestos para especialistas.

Considero que es fundamental la especialización en nuestra área. Principalmente porque:

• Nos va a ayudar a crecer profesionalmente, lo que supone un avance sustancial no solo en la esfera de los conocimientos y la experiencia, sino también en el ámbito laboral.
• Hay un mayor reconocimiento desde el punto de vista académico.
• Mejor desempeño profesional, adquisición de habilidades y conocimientos.
• Amplía oportunidades en el mercado laboral, ya que las especialidades se bareman en el concurso de méritos para las Ofertas Públicas de Empleo.
• Permite también enfocarse en el campo de conocimiento de más interés.
• Va a dar créditos en investigación, con acceso al doctorado sin cursar un máster.
• En los países extranjeros las especialidades de Enfermería están muy valoradas.

Entendemos que las enfermeras debemos de liderar los cuidados y por tanto debemos de tener competencias profesionales basadas en una adecuada formación.

El problema está en que se están formando residentes y hay una descompensación en lo referente a la oferta de plazas, algunas CCAA tienen listas específicas y otras no, por lo que en estos momentos creo que no se ha definido el modelo que queremos a nivel nacional para las especialidades y ese modelo es clave para poder tener una buena planificación estratégica de las enfermeras en España.

Se está gastando mucho dinero en formación específica que luego no se rentabiliza y ya no solo en la formación, es que dentro de ello encontramos no solo al residente sino también a la propia la unidad docente, las plazas ofertadas y todo lo que conlleva.

He de decir que LA ESPECIALIZACION ES NECESARIA PARA EL AVANCE DE LA ENFERMERIA Y LA PUESTA EN VALOR DE NUESTRA PROFESION.

Por eso creo que nos falta algo fundamental y es llevar las especialidades al plano del Sistema Nacional de Salud creando categorías en todos los servicios de salud, dotarlas de profesionales especialistas.

Aquí está el debate, ver esos puestos, porque muchos de las enfermeras especialistas están en otros puestos que no son los de su especialidad, y en el puesto de su especialidad está un generalista.

Y de forma indirecta, influye negativamente en la calidad de los cuidados de los pacientes.
Se necesita también reconocimiento social de que estamos haciendo una especialidad, pocas personas saben lo que es el EIR y siempre acabamos diciendo “lo mismo que el MIR pero para Enfermería”. Además, tenemos actualmente el debate de por qué no somos categoría A1 cuando todas las demás formaciones sanitarias si lo son.

Por lo que lamentablemente sigue habiendo una brecha en la profesión y continuamos siendo ‘invisibles’. Además, se comete un error el pensar que podemos ser generalistas y valemos para todo, yo he tenido contratos cada día en un servicio y dificultas el funcionamiento y sobre todo de forma directa repercute en la calidad de cuidado del paciente y del equipo de trabajo.

Creo que en unos años el ser especialista será requisito para trabajar en estos servicios y lo apoyo. Principalmente porque daremos mejor calidad de cuidado a las personas.

En tu caso hablamos de Salud Mental, una especialidad en la que últimamente se ha puesto el foco más que cualquier otra. ¿Qué diagnóstico haces de la situación actual? ¿Por qué crees que hacen falta más enfermeras de Salud Mental?

Toda la razón. La pandemia del COVID-19 ha ocasionado un gran impacto psicológico en las personas y ahora estamos viendo sus consecuencias en el bienestar mental, pero esto solo es el comienzo. Muchas personas corren el riesgo de sufrir graves problemas de salud a medio y largo plazo si no te toman medidas y esto ya lo puso en aviso la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Abordar la salud mental es fundamental para lograr la cobertura sanitaria universal pero esto es muy fácil decirlo, la realidad es otra; la sanidad pública no da abasto, siguen faltando profesionales para frenar la crisis de salud mental. Sabemos que antes de la pandemia ya había un incremento de las enfermedades mentales, pero a raíz de esta y su impacto, se ha desbordado la Atención Primaria, así como las urgencias, y los hospitales siguen saturados y cada vez encontramos mayor incidencia de casos con hincapié en los problemas que estamos viendo en la población infantojuvenil.

En cuanto a la profesión enfermera, decir que más del 80% de los profesionales de Enfermería siguen viéndose afectados por el impacto de la pandemia, y casi el 50% ha pensado en algún momento abandonar la profesión. Cifras que ponen los pelos de punta cuando somos uno de los pilares que sostiene al sistema sanitario y que brinda cuidados directos a las personas. El ratio de enfermera-paciente es espeluznante si lo comparamos con otros países y ya va siendo hora de cuidar a quien nos cuida.

¿Crees que está infravalorada o infrautilizada la enfermera especialista en Salud Mental? ¿Por qué?

Creo y afirmo que la Enfermería en todos los sentidos y sin centrarme en las especialidades, sigue siendo invisible, pero aquí estamos para darnos a conocer, que un profesional de Enfermería no solo se dedica a lo asistencial, sino también nos dedicamos a la investigación, a la docencia, a la gestión y somos profesiones en continuo cambio que no podemos estancarnos. Y en particular como residente de Enfermería de Salud Mental, sí que he visto que hay equipo multidisciplinar y somos otro de los pilares fundamentales que giran en torno a la persona, en la que cada profesional tiene sus funciones y todos son igual de importantes.

¿Conoce la población qué hace una enfermera de Salud Mental?

Cada vez más la población es conocedora de la especialidad de Enfermería de Salud Mental y son conscientes de la importancia del vínculo con las personas, la empatía y la escucha activa que llevamos a cabo, del seguimiento que tenemos con los pacientes, de los programas de educación para la salud, prevención de recaídas, psicoeducación que realizamos y sobre todo del objetivo principal que es el cuidado de estas personas para que puedan continuar con su vida normal, sabiendo convivir con su enfermedad mental.

Pero detrás de todo esto, hay una formación importante y difícil que tenemos que tener y es a través de la especialidad. Hasta antes de realizar dicha especialidad era complejo saber abordar a una persona con intento de suicidio, o que te diga en la consulta que escucha voces, por eso mismo es fundamental el abordaje con el paciente y especializarse en Salud Mental, por poner un ejemplo. A mí me sirve de poco que una persona acuda a la consulta con un bajo peso si no va acompañado de las conductas que está teniendo esa persona para poder abordarlo, no se puede de entrada centrarse en esas cifras del peso, sino en lo que le está ocurriendo a esa persona y cuál es el motivo de que esté perdiendo peso, qué le preocupa… porque si sabes manejar ese problema y lo abordas, la persona se encontrará mejor, crearás ese vínculo enfermera-paciente y podrás ir marcando objetivos a corto, medio y largo plazo aumentando su motivación y al menos conseguir que aumente de peso o que no siga bajando y sobre todo darle apoyo y que se dé cuenta de las mejoras que está consiguiendo, refuerzos positivos y evitando así las recaídas.


¿Y vuestra propia Salud Mental? ¿Cómo se cuida de las enfermeras? ¿Qué carencias percibes que hay en este sentido y cómo pueden solucionarse?

Nuestra propia salud mental se ha visto afectada y he de decir que a todos nos ha marcado produciendo un cambio en la forma de actuar con respecto a los demás. Las condiciones de trabajo y la precariedad laboral tiene un impacto negativo en el cuidado de salud del colectivo de Enfermería y así lo afirmo con dos artículos que hemos publicado recientemente sobre el impacto psicológico del Covid-19 en profesionales de Enfermería en la comunidad de La Rioja y otro artículo a nivel nacional en todo España donde es justamente la Comunidad de Madrid quien más vulnerabilidad ha tenido en la pandemia con mayor riesgo sobre su bienestar físico y emocional.

No me sirven que nos pongan medallas por hacer frente a una pandemia, lo que se ha echado en falta es apoyo y ese cuidado que hablamos y efectivamente se ha descuidado nuestra salud, no hay más que ver todos los compañeros que estaban con contratos COVID que han sido alrededor de 6.000 los que han dejado de trabajar en la sanidad pública madrileña después de estar al pie del cañón y en primera línea de lucha contra la pandemia durante más de dos años.

Hay un tema que parece tabú que tiene mucho que ver con la Salud Mental: el suicidio. Corrígeme si me equivoco. Hace poco participaste como ponente en un webinar en el que tratabais este delicado asunto. ¿Puedes resumirnos en qué consistió tu aportación y cuáles los puntos de vista que defendías?

Eso es, en enero de este año se realizó un webinar sobre la Enfermería frente al suicidio en la Universidad de Navarra donde tengo que agradecer a Borja Centenera Crespo por invitarme a participar como ponente y es que es muy necesario acabar con el tabú y el estigma de las enfermedades mentales y hablar claramente de ellas.

En el webinar se habló que hay mucho estigma con la enfermedad mental, pero la tendencia está cambiando. Es cierto que sigue costando exteriorizar o reconocer algo que no es visible y dar palabras a lo que sentimos es complicado, pero no imposible, y verbalizar comentarios acerca de no querer vivir, la desesperanza, el aislamiento social, la disminución del apetito y horas de sueño son algunas de las señales de alarma que una persona con pensamientos suicidas suele tener. También es importante hablar y entender al paciente, ponernos a su lado y validar esos sentimientos, porque se debe hablar claramente sobre el suicidio, pero no solo con el paciente, siento también con la familia. A raíz de la pandemia y actualmente, la salud mental se ha convertido en un gran problema para la sociedad, afectando a todos los grupos de edad, destacando a jóvenes y ancianos debido principalmente a etapas de cambio que conllevan un gran cambio psicológico. Por ejemplo, los adolescentes están en la etapa de transición y los ancianos por la sensación de soledad y dependencia.

Abordar el tema del suicidio requiere una intervención multidisciplinar de ahí la importancia de la colaboración entre psicólogos, psiquiatras y Enfermería de Salud Mental para ofrecer al paciente una mejor atención. Sin embargo, en la práctica diaria los profesionales sanitarios se encuentran con una falta de tiempo para dedicar al paciente lo que resulta una calidad asistencial empeorada porque si no hay suficientes profesionales, no se puede hacer un seguimiento de estas personas ni citarlas con más frecuencia, cosa que preocupa ya que actualmente el suicidio es la principal causa de muerte no natural en España entre los jóvenes de 15-29 años de edad.

Si nos centramos en las cifras, en 2020 hubo casi 4.000 suicidios según el Instituto Nacional de Estadística. En el mundo hay 800.000 suicidios al año. Esto son 11 suicidios al día, y uno cada dos horas. Las cifras son alarmantes. El aumento de estas cifras también podría verse afectado por el aumento de las enfermedades crónicas ya que cada vez tenemos una duración de vida mayor. Muchas enfermedades ya no son mortales, pero tienen una incidencia en la calidad de vida. Esto puede ser un factor que lleva a un paciente a pensar que ‘para vivir así, mejor no vivir’.

También se ha visto un aumento en las tasas de suicidio de sanitarios. Esto se debe a la presión que tiene el colectivo y el gran impacto psicológico que conlleva. Estas cifras reflejan la importancia social de hablar sobre suicidio. Por ello, el pasado diciembre, el Gobierno lanzó un nuevo número de teléfono para prevenir el suicidio, el 024. En él no habrá que registrarse ni dar ningún dato personal, garantizando la confidencialidad de la llamada. Finalmente hubo un debate y entraron asociaciones de prevención de suicidio de diferentes CCAA donde se abordó el tema y cerramos el webinar con la importancia de la Enfermera de Salud Mental en el abordaje del paciente y de la familia.


¿Qué puede hacer una enfermera para prevenir casos de suicidio? ¿Qué herramientas tiene a su alcance?

En primer lugar crear el vínculo con la persona con riesgo de suicidio, conocer su entorno y su estado de salud, sus preocupaciones y miedos y estar atento siempre a los comentarios de la persona, tomando siempre en serio las amenazas. Abordar el tema y preguntarle abiertamente. Por ejemplo, cuando paso consulta, siempre les pregunto por cómo se encuentran, qué tal están durmiendo y cómo está haciendo las ingestas, si está tomando correctamente su tratamiento y si sabe para qué es cada fármaco, si ha tenido momentos de ansiedad desde la última consulta, si hay algo que quiera comentarme o que le preocupe, y dependiendo de cómo se vaya desarrollando la consulta, les pregunto si alguna vez se ha lesionado intencionadamente sin la finalidad de quitarse la vida, si esto ha sido en los últimos tres meses, si en la última semana o ayer ha tenido esos pensamientos, cuándo son más frecuentes esos pensamientos (mañana, tarde, noche), si ha tenido realmente la idea de quitarse la vida, si ha empezado a elaborar el plan, como lo llevaría a cabo, quien tiene como persona de referencia… A priori pueden impactar estas preguntas pero luego la persona se queda más tranquila porque habla del tema, además en casos que puede haber riesgo de suicidio, pongo en conocimiento al psicólogo y psiquiatra de referencia para ver las próximas citas o si puede verle el mismo día en el caso que haya riesgo alto de suicidio, es un trabajo en equipo.


Dentro de poco te marchas a la Universidad de Harvard. ¿En qué consiste esa formación?

Efectivamente, me voy a hacer una estancia de investigación al Massachusetts General Hospital vinculado con la Universidad de Harvard en el Disparities Research Unit principalmente para generar investigación de salud mental innovadora que tenga un impacto en la política pública, prácticas médicas y servicios disponibles para poblaciones multiculturales. Es una estancia de tres meses como rotación externa para terminar la especialidad y además como estancia de Doctorado Internacional que actualmente estoy realizando en la Universidad Autónoma de Madrid.

¿Cómo surge irte allí?

Mi hospital donde realizo la especialidad tiene vínculo con el Massachusetts General Hospital y me dio la oportunidad de irme a realizar la estancia allí por lo que me interesó mucho ya que también me dedico a investigación y era muy interesante conocer la forma de investigar en Estados Unidos así como las líneas que tienen. Creo que muy poca gente rechazaría esta formación sabiendo que Harvard es una de las mejores universidades del mundo.

¿Qué esperas de esa experiencia? O dicho de otra forma… ¿qué esperaras aprender allí y en qué medida crees que te servirá en tu día a día como enfermero?

Como he comentado, voy a realizar una estancia de investigación por lo que será una experiencia enriquecedora para ampliar conocimiento en salud mental, conocer otros dispositivos, la forma de trabajar en equipo en Estados Unidos y en general potenciar la investigación en salud mental desde la perspectiva de enfermería. Me llevaré seguro a compañeros con los que contaré en un futuro para trabajar en equipo en diferentes líneas de investigación en salud mental y seguir avanzando en los cuidados de enfermería en estos pacientes.

Una enfermera nunca termina de formarse o de investigar. ¿Qué tienes previsto para cuando vuelvas de EEUU?
Efectivamente, soy una persona muy activa que siempre tiene que estar ampliando conocimiento y eso se lo podéis preguntar a otra de las personas de referencia que he tenido la suerte de contar en la especialidad y que para mí ha sido un gran apoyo, Marta González Granado, enfermera especialista en Salud Mental. Actualmente tengo varios frentes abiertos así que no quiero adelantarme al futuro y prefiero que me sorprenda, pero lo que sí es seguro es que cuando regrese de mi estancia de EEUU terminaré la especialidad como enfermero especialista en Salud Mental y me quedaré en Madrid para terminar mi Doctorado, el resto lo dejo abierto a lo que vaya viniendo.

Y ya, por último, insistimos en la formación continuada y en la investigación. ¿Por qué crees que es importante? ¿Qué les dirías a tus compañeras enfermeras para motivarlas a que se formen más e investiguen?

Por lo que he dicho anteriormente, porque enfermería es una disciplina que nunca permanece estática sino que está en continuo cambio y es gracias en parte a la investigación que estemos actualizados en nuevos tratamientos y en la mejora de los cuidados.

Les diría que nunca dejen de aprender y que al igual que yo empecé desde cero, se puede y que el camino poco a poco se va construyendo, que se cojan todas las oportunidades que salgan por muy difíciles que nos parezcan al principio, porque pueden ir bien o pueden ir mal, pero si no lo haces nunca podrás decirlo, al final todo es experiencia y madurez y aquí he de nombrar a un gran profesional, compañero, amigo y director de tesis el Dr. Raúl Juárez Vela quien apostó por mí en investigación y que a día de hoy, el motivo de continuar investigando es gracias a él. Para finalizar, he de decir también que no todos valemos para lo mismo y tiene que haber de todo, pero quiero dejar claro que Enfermería no solo se dedica a la asistencia, sino también a la docencia, investigación y gestión, y que todos ellos en su conjunto son los cuatro pilares fundamentales para seguir avanzando en nuestra profesión.