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17 jul 2024
Vicente David Coca Pérez ha publicado un artículo sobre el estrés al que están sometidos los profesionales sanitarios durante este tipo de intervenciones y las vivencias cotidianas desde los equipos de Soporte Vital Avanzado.
Las situaciones de estrés frecuentes que en cada guardia tienen que afrontar los intervinientes de emergencias extrahospitalarias sanitarias han sido recogidas y analizadas en "Estresores habituales y situaciones estresantes en las emergencias extrahospitalarias. Las vivencias cotidianas desde los equipos de Soporte Vital Avanzado". Un artículo publicado en la revista Cuadernos de Crisis y Emergencias por Vicente David Coca Pérez, enfermero y psicólogo madrileño, que actualmente trabaja en el Centro de Salud Internacional del Ayuntamiento de Madrid.
Este tipo de situaciones se producen durante las diez etapas que conforman una intervención: alerta, activación, aproximación, control de la situación, triaje, Soporte Vital Básico y Avanzado, estabilización de la intervención, transporte, transferencia y reactivación. Según Vicente David Coca, conocerlos permitirá controlar, superar y/o minimizar su impacto, crear estrategias y adaptarse a ellos. Además, durante la etapa formativa el trasvase de conocimientos entre los distintos intervinientes y servicios de emergencias facilitará tener una visión global de las mismas, permitiendo comprender e interiorizar las dificultades que tendrán que afrontar para desenvolverse.
Según su autor, este trabajo surge de la necesidad de trasladar su experiencia a otros intervinientes de emergencias y otros compañeros que están formándose o iniciándose en ellas, también a la población general y “es resultado de una inquietud personal y de ninguna manera representa una postura de la institución para la cual trabajo”, aclara. “Me llamó la atención que en las actividades formativas los aspectos psicológicos en este medio tan exigente no se trataban, no se alertaba sobre su repercusión, que muchas veces tiene consecuencias trágicas”, por ello aboga por “hacer una apuesta decidida por la psicología, debe estar presente antes, durante y después de las emergencias”.
Según desarrolla en su publicación el enfermero y psicólogo, generalmente existe una mayor concienciación por parte de todos los intervinientes y sus organizaciones de la posible afectación tras participar en grandes emergencias o intervenciones espectaculares, siendo más permisivos y tolerantes con la expresión del malestar o las reacciones que provocan.
Sin embargo, existe una menor concienciación de la posible afectación como consecuencia de participar en la urgencia habitual, cotidiana y mantenida en el tiempo; intervenciones aparentemente menos llamativas pero que también pueden provocar una afectación tan importante como en aquellas, siendo frecuente que no se valore el impacto, normalizándolas. En ocasiones son los propios compañeros quienes pueden censurar cualquier expresión de afectación, e incluso darse el caso de que quien lo haga con más inquina, paradójicamente pueda haberlo sufrido o lo padezca tanto o más que quienes lo manifiestan.
Por ello, el artículo recoge que deben erradicarse estos comportamientos tanto del medio extrahospitalario como de la sociedad, reprochar a quien etiquete (“es una histérica” o “es un depresivo”) y brindar ayuda. Los intervinientes, los equipos y las organizaciones deben promover una cultura del cuidado, y cuidarse unos a otros, incluidos los aspectos psicológicos y emocionales y romper pactos de silencio que a todos atenazan y hacen sufrir por igual.
Puedes leer el artículo completo pinchando aquí.
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