CODEM. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid

Diana Molina Villaverde es una referencia en el ámbito de la gestión. Actualmente es responsable corporativa de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente en Ribera Salud, cuarto grupo privado de salud más grande de Europa. Su éxito profesional viene respaldado por los buenos resultados pero también por una trayectoria de formación impecable, estimulada por su inquietud innata por aprender. Enfermeras de Madrid ha constatado en primera persona todo ello.

Diana, lo primero de todo, a modo de presentación, ¿cuál es tu puesto de trabajo en este momento?

Actualmente soy responsable corporativa de calidad asistencial y seguridad del paciente en Ribera Salud, cuarto grupo privado de salud más grande de Europa.
En el organigrama estoy dentro de la Dirección de Calidad e Innovación –que depende de la CEO-; dentro de la Dirección, en calidad, está la jefa de calidad del grupo y de ella dependemos mi compañera corporativa que lleva toda la parte de procesos, certificaciones y experiencia del paciente, es decir toda la parte no asistencial, y yo, con todo lo asistencial.
Resumiendo, soy la única responsable a nivel nacional de calidad asistencial y seguridad del paciente.

¿En qué consiste ese puesto y qué responsabilidades conlleva?

Es un puesto muy atractivo. Soy la responsable de coordinar y garantizar la política de calidad asistencial y seguridad del paciente a todos los centros del grupo. Garantizo que los procesos estén bajo los estándares de calidad y seguridad del paciente marcados por la estrategia del grupo; acompaño a los centros de nueva adquisición para llegar a esos estándares -en nuestro caso nos basamos en los estándares de la Joint Commission, acreditación más exigente a nivel mundial para el ámbito sanitario y asegura que toda la atención y procesos del hospital están enfocados en la seguridad y calidad y en un proceso de mejora continua-; trabajo con las responsables locales de calidad de los centros y las direcciones, dándoles apoyo o como elemento facilitador; promuevo proyectos a nivel corporativo con la colaboración de todos los centros, facilito el intercambio de buenas prácticas de calidad y seguridad entre los centros…como ves, totalmente transversal.

No se trata del perfil habitual de enfermera, ¿por qué te decidiste por el ámbito de la gestión?

Desde que acabé la carrera no he parado de estudiar y he intentado enriquecerme de una manera o de otra. He sido, y soy, muy curiosa e inquieta, y me gusta aprender, me estimula lo nuevo, lo desconocido… eso hizo que fuera dando pasos hasta llegar hasta hoy, batallando mucho, también hay que decirlo.
Supongo que el punto de inflexión en lo profesional fue cuando una persona (de las claves que se han cruzado en mi camino, que me han enseñado y dado luz) me llamó y aterricé en la Consejería, llevando los CSUR (centros, servicios y unidades de referencia) lo que me permitió trabajar y aprender de grupos multidisciplinares en todos los grandes hospitales de Madrid, las gerencias y por supuesto, el Ministerio. Eso supuso mi paso a la gestión en alta dirección.

¿Cómo te has ido formando a lo largo del tiempo para ello?

Empecé con cursos baremables, expertos, máster, diploma de alta dirección, comencé el doctorado, aunque lo dejé provisionalmente y ahora estoy pensando en retomarlo… He aprendido muchísimo de la gente con la que he ido coincidiendo; mucha lectura dando respuesta a inquietudes, que, por cierto, poco se habla de la autoformación, la que recomiendo y me ha tenido actualizada a lo largo de este tiempo: hay que consumir evidencia, hay lecturas con las que aprendes más que en una clase de un máster.
Es importante estar actualizado, un buen uso de las redes sociales hace que tengas alcance a opiniones de expertos, charlas, blogs, etc. Hace dos años creamos una cuenta de Twitter precisamente por esto que estoy comentando, @Apbe_, compartimos conocimiento relacionado con seguridad del paciente, calidad, eSalud, gestión y liderazgo, salud pública… y hay usuarios tanto profesionales sanitarios de todas las categorías profesionales como pacientes y usuarios de la red con curiosidad, llevamos dos años con ella y ya nos acompañan casi 2.500 personas. La búsqueda constante de artículos para la cuenta ha sido otra manera de estar formada y actualizada.
Hay que aprovechar las herramientas que tenemos a nuestro alcance, coincidiendo con la disrupción y cambio de paradigma tecnológico al que nos enfrentamos, y que hace que tengamos datos que inconscientemente los convertimos en información al segundo.
No todo es pagarse un máster, hay muchas alternativas para formarte bien a día de hoy.

En tu curriculum vemos que tienes un MBA, que no es nada habitual para una enfermera. Por si alguien que nos lee no lo conoce, ¿en qué consiste ese MBA?

Un MBA (Master of Business Administration) es un máster que te permite desarrollar habilidades en gestión para alcanzar cargos directivos. En mi caso, al estar trabajando, hice el Executive: en esta modalidad se exige experiencia previa en puestos de gestión y se valora para el acceso tanto expediente como entrevista personal, donde analizan tus habilidades (las llamadas ‘soft skills’).
El modelo de aprendizaje se basa en situaciones y problemas reales de una empresa, por lo que te preparan para salir más capacitado para afrontar situaciones nuevas en el campo laboral y desarrollar tus conocimientos y habilidades para dirigir eficientemente una empresa, independientemente del sector. Es duro, sobre todo si estás trabajando a la vez, pero en mi caso ha merecido la pena.

¿Por qué te decidiste a hacerlo?

Quería salir de la zona de confort, formarme fuera de lo estrictamente sanitario, deseaba ampliar ya no sólo conocimiento sino ámbitos de actuación; los perfiles mixtos son mucho más enriquecedores y polivalentes, añaden más valor.
Otra motivación para hacerlo fue la posibilidad de ampliar mi red de contactos más allá del ámbito sanitario, y para eso el MBA era una buena plataforma de networking como así ha sido: con mis compañeras/os, profesores, mentores…
Lo que me terminó de convencer fue la parte de emprendimiento. De hecho, participé en el proceso de selección y mi proyecto de idea de negocio fue una de las 10 elegidas - ¡entre más de 300 participantes y 45 equipos! - para participar en la incubadora de la escuela de negocios.
Actualmente siento que este MBA me ha proporcionado un buen conocimiento general y me ha permitido desarrollar nuevas habilidades y mejorar las que tenía; digamos que me ha ayudado a ‘ordenar la estantería’ y mejorar la visión estratégica, sin duda.

¿Qué valores crees que aporta una enfermera en un puesto como el tuyo?

Muchísimos: la visión integral, el conocimiento de todos los ámbitos asistenciales, flexibilidad, adaptabilidad, creatividad, trabajo en equipo, empatía, habilidades de comunicación, de negociación, estratégicas. Capacidad organizativa, eficiencia (estamos acostumbradas a gestionar recursos materiales y humanos), el rol docente… las enfermeras tenemos en general un perfil comercial a explotar por el trato directo continuo con los pacientes, familiares y los diferentes actores del sistema con los que interactuamos y una cabeza muy estructurada.

¿Por qué crees que es importante que haya enfermeras en este tipo de ámbitos y puestos?

Una enfermera planifica, organiza, dirige y evalúa en su día a día; en su carrera profesional antes de llegar a este tipo de puestos ya ha trabajado en distintos ámbitos, además de conocer el resto en su formación pregrado, lo que favorece que no tenga una visión sesgada del sistema y sepa trazar todos los procesos completos. Una enfermera nunca se aleja del eje principal, que es el paciente, por lo que está acostumbrada a esa doble visión de las necesidades de la organización y de los usuarios.

¿Crees que se les facilita llegar a esos puestos? ¿Por qué?

No, en la mayoría de organizaciones no se facilita nada. Hace poco hemos visto la denegación del nombramiento de una enfermera como directora de un Centro de Salud; actualmente solo hay 4-5 gerentes de hospitales en España que son enfermeras… en el ámbito de la calidad, por ejemplo, en el servicio público yo no podría haber accedido a un puesto similar al que tengo ahora, ya que todas las coordinaciones de calidad de los hospitales con nombramiento son facultativos.

¿El por qué? Deberías preguntar a las instituciones…da la sensación de que en España, en muchos casos, los cargos de responsabilidad son siempre en función sólo de la categoría profesional, sin tener en cuenta otros tipos de formación, trayectoria ni competencias. No avanzamos al ritmo necesario. Es prácticamente impensable que haya una enfermera ministra hoy en día. Sin embargo, afortunadamente las enfermeras van llegando escasamente a puestos altos de gestión, pero son cisnes negros a día de hoy, por desgracia para el sistema y la sociedad.

¿Cómo incentivarías a las enfermeras para que se orientaran al ámbito de la gestión?

Cada vez que hablo con enfermeras que les pica la curiosidad, pero tienen miedo al ‘salto’ les digo lo mismo: las enfermeras ya hacen gestión en su día a día. Para su trabajo son necesarias, entre otras, habilidades y capacidades que coinciden con las del gestor; empatía, liderazgo, gestión de recursos, gestión del tiempo, etc.
Orientarse a la gestión es un paso que tiene que gustar, y además es un paso valiente. Desde la barrera es fácil decir cómo se harían bien las cosas, estamos habituados a ver como todo el mundo genera opiniones de todos los temas, pero lo realmente valiente es ocupar un cargo y con tus decisiones generar cambio.
Dar un paso adelante hacia la gestión implica querer formarse -cada vez se potencia más la formación en pregrado, pero existe un catálogo de formaciones postgrado muy potentes que te ayudan para ese sprint inicial si no has tenido pregrado-; querer cambiar y mejorar cosas o al menos intentarlo, estar al servicio de las personas, es sacrificado… pero engancha.
Los modelos de gestión evolucionan, al igual que los roles en gestión. Los nuevos roles no son de “jefaturas”, sino un liderazgo más horizontal, más colaborativo.
Sentido común, empatía, muchas ganas y conciencia tranquila, no pisar líneas que no quieras.

¿Cuáles son los retos que debe afrontar la profesión en materia de gestión sanitaria para seguir desarrollándose plenamente?

La profesión ha tenido el mayor reto vivido con la crisis de la pandemia, y se convirtió en oportunidad: en oportunidad de demostrar a la sociedad, a los de arriba etc. que las enfermeras están muy aptas para gestionar. Y además lo hacen bien.
Se adquirieron nuevas capacidades en tiempo récord, además de potenciar el liderazgo y abrir nuevas perspectivas, readaptando procesos en un entorno complejo, variable, frenético y desconocido. Por un tiempo todo hacía pensar que por fin se nos daría el lugar y la importancia que nos corresponde, pero en rasgos generales no ha sido así, hemos vuelto al mismo punto o peor, en cuanto a visibilidad en el sistema y reconocimiento, aunque se ve luz como por ejemplo en organizaciones como Ribera que apuestan por perfiles como el mío, el Director de Operaciones es enfermero, la Jefa de Calidad también…
Otro reto que tenemos dentro de la profesión es ir hacia la profesionalización de los puestos de gestión. No todo el mundo vale, puedes llevar muchos años en un mismo servicio o lugar que eso no significa que lo vayas a hacer bien. Se necesita gente preparada, con habilidades y competencias, con perfil, que sepan gestionar personas, potenciarlas y favorecer el desarrollo profesional. Que se acceda a las plazas por convocatoria, con proyecto, con desarrollo y evaluación de las competencias, que no sean puestos vitalicios o por ‘amistad’ o afinidad. Para la gente que comienza en gestión, allanarles el camino. Abogar por la figura de mentores o perfiles gestores más senior que les ayuden y acompañen en los inicios, para evitar abandonos, disminuir la frustración inicial y fomentar la seguridad y el empoderamiento.
El rediseño del modelo asistencial y el avance hacia la digitalización de la salud es otro reto, donde las enfermeras tienen mucho que decir y que pueden aportar la visión integral de los procesos para rediseñarlos en base a las nuevas necesidades y fomentando el uso de las nuevas tecnologías.

Pero sin duda el reto más importante, que es que el marcará el desarrollo pleno, será el reconocimiento y respaldo de organismos oficiales, de la propia sociedad. Cuando empecé el máster mis compañeros me preguntaban que qué hacía una enfermera estudiando un MBA, porque tenían el estereotipo de la enfermera a pie de cama, no nos asociaban a los puestos de gestión; cuando acabé el máster había cambiado completamente su percepción. Campañas como Nursing Now que está haciendo un gran trabajo, que se conceda el grupo profesional A1 al igual que otras disciplinas con los mismos créditos formativos; subirnos al tren como en el resto de Europa de las especialidades y práctica avanzada; nuestra figura en los medios de comunicación, la incorporación a la política (ya hay enfermeras/o) … serían pasos de gigante para poder desarrollarnos de manera justa e igualitaria.