CODEM. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid

Ana María González, responsable de Enfermería del Centro de Salud El Espinillo, asegura que la vacunación contra la COVID-19 está suponiendo un gran reto para la profesión. La organización de todo el proceso no ha resultado fácil. “Ha sido una carrera contrarreloj para todo el equipo, pero la hemos ganado. Nos hemos tenido que organizar en tiempo récord, organizar los grupos de vacunación y citarlos, localizar los pacientes grandes dependientes inmovilizados para poder notificarlo a los equipos que acudirán a domicilio”, asegura esta enfermera.

Nos encontramos, efectivamente, en la fase de vacunación de los grandes dependientes. “En este grupo, como se indica en el documento ‘Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España’ en su 4ª actualización, son consideradas como grandes dependientes aquellas que tengan un grado III de dependencia, es decir, son personas que necesitan intensas medidas de apoyo y cuidados profesionales”, aclara esta profesional.

Algunas de estas personas pueden acudir al centro de salud, pero una gran mayoría debe ser vacunada en su domicilio. "La vacunación se ha integrado dentro de la actividad del centro. De momento la realiza la enfermera que tenemos de refuerzo, pero ante cualquier cambio o eventualidad nos volveremos a organizar de la mejor manera posible”, asegura Ana María González.

A lo largo de toda la pandemia, las enfermeras han demostrado ser un pilar básico dentro del Sistema Nacional de Salud y continúa haciéndose patente en esta nueva etapa de vacunación. “Desempeñamos un papel fundamental. Estamos formadas y preparadas para vacunar, es una de nuestras competencias profesionales. Lideramos las campañas de vacunación en nuestros centros. Como ejemplo, tenemos la campaña anual de la vacuna de la gripe, organizamos horarios, consultas y a los usuarios para poder atender la demanda y dar cobertura vacunal a todos. En todo momento hemos estado dispuestas a ponernos al frente de la campaña; la gran mayoría nos hemos ofrecido voluntarias para trabajar turnos extras, fines de semana o lo que se necesitara, para poder vacunar lo antes posible a la mayor cantidad posible de población”, subraya orgullosa.

Esperanza

La población está recibiendo esta nueva vacuna con ilusión, lo que hace el trabajo de las enfermeras más gratificante. “La palabra clave es ESPERANZA. La población espera que esta situación remita gracias a las vacunas. En los centros de salud estamos vacunando a la población mayor de 80 años, quizás es por ello que estamos viviendo situaciones muy emotivas: aplausos a la enfermera que administra la vacuna, agradecimientos sinceros y lágrimas de alegría del que recibe su vacuna, que he de confesar que se contagian. ¡El primer día la sala de vacunación era una fiesta continua!”, cuenta Ana María González emocionada.

La administración de esta vacuna COVID es un momento histórico y la responsable de Enfermería del Centro de Salud El Espinillo es consciente de ello. “Tiene una gran importancia. Desde la primera vacuna que se inventó, la de la viruela, ha quedado demostrado que el control y erradicación de muchas enfermedades solo se ha conseguido con ellas. Se han salvado muchas vidas. Con la vacunación masiva contra el coronavirus confío en que se logrará una inmunidad suficiente para ganar esta batalla”.

Respecto a la atención sanitaria en los centros de salud, esta enfermera destaca el gran esfuerzo que se está realizando para atender la demanda de asistencia de la población. "Es una situación complicada, todos sabemos los problemas por los que estamos pasando. El trabajo se ha multiplicado por mucho y somos los mismos o menos. Pero ahí estamos luchando día a día para ofrecer una atención de calidad”, concluye.