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16 oct 2019
Actualidad
Mª del Carmen García Retorta, enfermera, explica dos tratamientos que lleva a cabo desde su consulta privada a pacientes con cáncer de mama: micropigmentación de cejas oncológicas y en la reconstrucción de la areola.
La colegiada madrileña Mª del Carmen García Retorta, enfermera del bloque quirúrgico del Hospital de La Paz, desde hace años lleva tratando en su consulta privada a pacientes que han sido diagnosticadas de cáncer de mama. Su función es ofrecer dos tipos de tratamiento de micropigmentación enfocados a esta patología y que se simplifican en dos: micropigmentación de cejas oncológicas y la reconstrucción de la areola con micropigmentación. García Retorta explica que siempre hablamos del cáncer de mama, de la cirugía, de la quimioterapia, de la radioterapia… Y se pregunta si en algún momento nos hemos parado a pensar cuáles son las alteraciones físicas, en la imagen de la persona, en cómo se percibe esa alteración de la imagen, y con qué problemas se enfrenta ahora ese paciente. Y sobre todo, qué soluciones o ayuda para afrontar estos problemas debemos de darles.
Pues bien, además del ‘jarro de agua fría’ que reciben estas mujeres al tener la noticia de esta enfermedad, su mundo cambia, su imagen se va a ver alterada, y esto va a ser consecuencia de los tratamientos que va a recibir.
Entre las alteraciones que se van a encontrar las más evidentes son caída del cabello, palidez o aspecto cetrino del rostro, aparición de hematomas, uñas quebradizas y débiles, incluso que se tornan amarillas, y una mutilación de la mama, tal vez esta mutilación es lo más grave de afrontar, sobre todo, si tenemos en cuenta la connotación que tiene el pecho en la imagen de la mujer.
Con la micropigmentación de cejas lo que se pretende es reducir el impacto negativo de los tratamientos de quimio y radioterapia sobre el rostro. Este tratamiento se realiza cuando aún hay cejas, preferiblemente antes de empezar con la quimioterapia o tras la primera sesión. Consiste en realizar mediante micropigmentación el diseño de las cejas de la persona, aprovechando que tiene pelo, para que el color sea lo más parecido al color habitual de las cejas de esa persona, y también para mantener la forma. De este modo, cuando cae el pelo y el pelo de las cejas, éstas no se verán afectadas, es decir, el pelo caerá pero queda marcada la ceja, por lo que el impacto visual en este caso es positivo, no se ve la cara sin las cejas.
En la imagen de la derecha puede verse un caso de cejas oncológicas que se realizan tras la primera sesión del ciclo, y vemos cómo siguen con el paso de los meses. El rostro se ve bien y la paciente con una autoestima más elevada que en pacientes que no se lo han hecho.
Normalmente se hacen dos sesiones, siendo la segunda sesión o repaso al mes o mes y medio, o cuando la paciente se encuentre en condiciones óptimas (en estos casos hay que tener en cuenta el estado general de la paciente, cómo se encuentra)
Y el otro tratamiento que García Retorta viene realizando es la reconstrucción areolar mediante micropigmentación.
En este caso, explica, el único requisito es que hayan pasado al menos cuatro meses desde la reconstrucción de la mama. Hay veces que el cirujano plástico deja preparado un pequeño colgajo de pezón, y otras veces no. En estos casos, el pezón se recreará con efectos ópticos, mediante una técnica tridimensional.
El tratamiento de micropigmentación areolar se realiza en dos sesiones espaciadas en un mes, aunque los resultados tras la primera sesión ya son visibles. En la segunda sesión se repasa la areola y se acentúan más los efectos tridimensionales del pezón, y con el tiempo (entre tres y cuatro años) se realizan repasos para mantener la pigmentación en condiciones óptimas.
La reconstrucción de la areola con micropigmentación es una técnica relativamente sencilla, pero para que tenga éxito es muy importante llevar a cabo una serie de cuidados de la piel y de la herida que se genera para que no se infecte. Es muy importante un buen estado de hidratación de la piel antes de pigmentar para que prenda mejor el pigmento.
Se prefiere la micropigmentación frente al tatuaje en este tipo de patología porque es menos nocivo, es decir, el pigmento tiene que ser mineral inorgánico e hipoalergénico. Las tintas suelen dar más reacciones alérgicas, y no olvidemos que en muchos casos existe linfadenectomía, por lo que lo menos nocivo es el pigmento.
A la izquierda se puede ver una areola micropigmentada de una reconstrucción mamaria. Es una réplica de la areola sana. Para llegar a este punto han sido necesarias dos sesiones. En este caso, el cirujano plástico había dejado un pequeño colgajo de pezón, por lo que fue mucho más fácil hacer la reconstrucción. Desde la consulta de enfermería podemos realizar una gran labor en este campo de la oncología. Por ejemplo, las cejas pueden hacerse en cualquier patología de cáncer antes de someterse a quimioterapia, y los resultados son increíblemente buenos ya que la connotación negativa ‘cáncer-quimioterapia-sin cejas’ desaparece. En el caso de la areola, las pacientes refieren poder poner un punto final, y volver a hacer la vida como antes.
La enfermera Mª del Carmen García Retorta es autora además del blog Micropigmentación y borrado.
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