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23 jul 2025
Actualidad
La adopción de la Guía de Buenas Prácticas del Paciente Ostomizado (BPSO) en 2018 ha puesto en el centro de la asistencia sanitaria los cuidados y a la profesión enfermera. Conocemos a Marta, Manuel, Víctor y Vanesa, los cuatro profesionales que forman el grupo de trabajo del centro.
Marta Blázquez y Manuel Bona, enfermeros estomaterapeutas referentes de Hospitalización y de Consultas Externas respectivamente del Hospital Fundación Alcorcón, no paran hoy de recibir abrazos de sus pacientes, algunos de ellos muy emocionados. “Que me reconozcan, que se acuerden de mí, que me abracen con ese cariño, para mí es muy gratificante”, explica la propia Marta.
Estamos en la Escuela de Personas con Estoma y Familia que organizan, con evidente éxito de participación (casi medio centenar se asistentes), junto a los supervisores de esas mismas áreas, Hospitalización Quirúrgica y Consultas Externas Quirúrgicas, Vanesa Ruiz y Víctor Morato respectivamente.
De izquierda a derecha: Vanesa Ruiz, Manuel Bona, Marta Blázquez y Víctor Morato.
Los cuatro forman un grupo de trabajo asentado en el centro cuyo origen hay que situarlo hace ya 7 años, en 2018, cuando decidieron seguir la Guía de Buenas Prácticas del Paciente Ostomizado (BPSO).
“Hemos conseguido cerrar el círculo, que las enfermeras de la Unidad estén formadas, con la implantación de la guía aparte de que nos recomendaba incorporar dos enfermeras estomaterapeutas (Marta y Manuel), nos ha hecho dar formación, talleres, implicar al personal, unificar los cuidados y eso hace que al final el paciente esté atendido en todo el proceso perioperatorio y de su tiempo con el estoma”, explica Vanesa Ruiz.
Cuando habla de “cerrar el círculo”, se refiere a la captación de todos los pacientes susceptibles de portar un estoma desde el momento en el que entran en el hospital hasta más allá del alta. Precisamente esa es la labor de Marta y Manuel.
“Mi función es valorar y atender a los pacientes que van a ser sometidos a una cirugía de estoma e incluso hacemos ese marcaje previo si la cirugía es urgente y no han podido pasar por la parte de Manuel de consulta externa, y cuando ya tiene la ostomía, mi función es acompañar durante todo el proceso, que el paciente y la familia conozcan ese material, como se maneja y les ayudo a que adquieran esas mínimas destrezas”, explica Marta, que por tanto es la enfermera que está con los pacientes durante su ingreso para la cirugía (normalmente unos 5 días).
Por su parte, Manuel se encarga de la sala de curas de cirugía, y dentro de ella atiende a los pacientes ostomizados tanto de derivaciones urinarias como digestivas, haciéndoles el seguimiento “porque si no se le hace seguimiento va a acabar en la Urgencia, en el centro de salud o en la planta de hospitalización donde acabó”, lo que al final supone un ahorro de costes al sistema. Uno de los factores que marca la diferencia en este grupo de trabajo es la adopción de un formulario que no existe en todos los centros en el que incluyen datos de los pacientes desde el momento en el que el cirujano lo capta en su consulta y todos esos datos van a servir para que el resto de la gente que va aportando a ese formulario se puedan nutrir de forma que las enfermeras de un vistazo saben la situación que tiene el paciente en ese momento en concreto.
“Viendo ese evolutivo en el formulario sé si ese paciente se le ha hecho un estoma, qué tipo, si se lo maneja o no, si la familia participa, si está asumiendo su nueva situación… y eso nos facilita mucho el trabajo porque así sabemos dónde incidir y no perdemos el tiempo”, explica Manuel. En su consulta, además, han incorporado un baño adaptado para pacientes ostomizados que les sirve para hacer educación para la salud con los pacientes, haciendo hincapié en la humanización de su asistencia.
Foto de familia de todo el equipo de profesionales con los participantes en la escuela de pacientes.
Todo el proceso gira en torno a los cuidados y por tanto la enfermera ejerce un papel primordial, destacando su autonomía, reforzada ahora con la prescripción enfermera y apoyada por la prescripción enfermera y la Guía para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las enfermeras de Ostomías.
Además, y así lo indica el supervisor Víctor Morato, “tienen liderazgo, tienen formación, hacen investigación, son enfermeras estomaterapeutas porque tienen un formación añadida, un máster, unos estudios de postgrado más especializados… y no sé si son enfermeras referentes, o de práctica avanzada, pero son distintas, van más allá, no son enfermeros generalistas, que de momento estamos todos avocados a ese término, pero creo que estas personas que tienen una formación, unas competencias y que realizan unas funciones tan específicas, tienen que estar diferenciadas y reconocidas”, reivindica.
Ese reconocimiento, coinciden ambos supervisores, ha de llegar visibilizando y poniendo en valor todo lo que aportan estas enfermeras tan especializadas e iniciativas como las de este grupo de trabajo: las ya puestas en marcha como la escuela de pacientes por ejemplo, y las que van a llegar, como actividades fuera del centro o el desarrollo de herramientas tecnológicas que permitan que los cuidados vayan con ellos en sus teléfonos móviles y sean accesibles desde cualquier sitio y a cualquier hora.
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